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Kadaj
Soy un "escritor" que pretende especializarse en todo lo que tiene que ver con los sentimientos, las reacciones, las variadas formas de razonar y en general todo lo que sea psicología en sí. Darle un porqué a lo que muchos no prestamos atención y poder usar aquello como entretenimiento general.
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Kadaj &Tamarakatsuki. Con la tecnología de Blogger.

NII-SAN Capítulo VIII "Sephiroth queda indefenso"



Riku se encontraba desayunando solo; se le veía enojado.
“-No puedo creer que no me lo haya hecho… después de que yo lo hice disfrutar tanto, él no fue capaz de hacérmelo a mí- pensaba – dolió mucho, pero… él dijo que después del dolor vino el placer en su primera vez, así que, hubiera valido la pena”
Sora bajó la escalera y se detuvo a saludar a su amigo con una palmada en la espalda. Riku, estaba tan
pensativo que ni siquiera se percató de su presencia.
-¿Qué pasa?- le preguntó el castaño notando su indiferencia.
-¿Eh?... Nada…
-Vamos, dime qué pasa…- le preguntó nuevamente sentándose a su lado.
-…- suspira- Tuve una pelea con Kadaj…
-¿Una pelea? ¿Por qué? ¿Qué pasó?- le interrogaba preocupado.
-Nada… No es nada.
-Riku, ¿no confías en mí? Soy tu amigo desde los ocho años…
-Siete- lo corrigió.
-Siete años… Bueno, pero tú tenías ocho- ambos rieron- ¿Lo ves?...Si nos reímos juntos podemos 
confiarnos cosas…
-¿Por qué mezclas cosas que no tienen nada que ver?- la sonrisa del albino se borró de su rostro y vuelve a 
echar la vista sobre su plato.
-Aun que… los amigos también saben cuando deben callarse, ¿no?- continuó intentando enmendar su error.
-No hay nada que puedas hacer Sora…- le sonrió pesadamente.
Kadaj bajó las escaleras luciendo un lúgubre traje de cuero negro y mirando la hora en su teléfono celular.
-Hola Sora, Riku- los saludó al llegar.
-¡Hola!- le respondió tan risueño como siempre Sora.
Su hermano no lo saludó y lo ignoró con la vista.
-¿Están listos?- les preguntó Kadaj.
-¿Listos para qué?- preguntó el castaño.
-Para ir a la compañía… hoy es lunes, el peor día de la semana. Empiezan a trabajar en Shinra al igual que yo… terminaron mis vacaciones- esto último lo dijo algo triste.
-¡¿Hoy?!- exclamó sorprendido, Sora- ¡¿Por qué no me dijiste?! ¡¿No estoy listo?!
Riku también estaba sorprendido y tenía muchas preguntas que hacerle, pero se rehusaba a dirigirle la palabra a su hermano.
Sora se apresuró a su habitación para prepararse.
-Ah ¡Sora!- le gritó Kadaj escaleras abajo- ¡lo de la casa se canceló tendremos que buscar otra!
-¡¿Qué?!
-¿Tu estás listo, Riku?- se dirigió a su hermano.
Se hizo un extenso silencio, sólo se escuchaba el ruido de los cubiertos sobre el plato, ya que Riku seguí desayunando como si nada.
-¿Estás enojado conmigo por lo de anoche?- le preguntó acercándose, pero no obtuvo respuesta alguna- si 
es así, perdóname… Lo siento mucho… ¿Me perdonas?
Su hermano continuaba desayunando en silenció fijando la vista en la comida.
-¡Riku por favor! Insúltame, pégame, amenázame pero, por favor, ¡no me hagas la ley de hielo!... ¡Riku!
Riku continuaba torturando a su hermano, sabía que lo que menos le gustaba era que lo ignoraran.
-¡Riku, por favor!- continuó Kadaj- sabes que yo te amo.
-¿En serio?- preguntó Sephiroth con esa voz ominosa de siempre, apareciendo en la habitación.
Los menores se quedaron mirando al mayor perplejos.
“-¿Hasta dónde habrá escuchado?- se preguntaba Riku”
-¿Riku es quien te atrae, Kadaj?
Este no le respondía, intentaba hacerlo, pero le costaba mucho trabajo dirigirle la palabra. Bajó la vista al piso sin más.
-Hm… ¿quién diría que algún día te odiaría?- dijo imitando los movimientos de Kadaj totalmente serio e 
indiferente.
-¿A qué te refieres?- le preguntó Kadaj mirándolo con furia, haciendo que Sephiroth voltee hacia él- ¡¿Cómo no puedes tenerme prefieres odiarme?!
El mayor se le acercó y lo abrazó estrechamente.
-No seas bobo, jamás podría odiarte a ti, hermoso… - le dijo acariciándolo y apoyando la cabecita de Kadaj contra su pecho- Yo hablaba de Riku…
Sephiroth besó la frente de su hermanito quien no podía realizar ni un movimiento del miedo que lo corría al sentirlo tan cerca, pero en lo más profundo de su ser empezaban a gustarle los mimos de su hermano mayor desde aquella noche en que fue a verlo a su habitación.
Riku lo notó y los celos que sintió en ese momento le ganaron a su “ley de hielo” y se levantó de su silla para 
luego empujar a Sephiroth. No logró moverlo más de unos pocos centímetros pero consiguió separarlo de 
Kadaj.
-¡Él es mío!- le gritó dejándose llevar por sus sentimientos.
-…Riku…- exclamó Kadaj mirándolo extrañado. Nunca antes había oído que él era propiedad de alguien.
Sephiroth se precipitó ante tales palabras y su indiferencia fue remplazada por odio. Según él, Kadaj era sólo suyo, y debía defender lo que era de su propiedad. Tomó a Riku por la ropa con brutalidad, levantándolo en el aire.
-¿Tuyo?- le preguntó con la voz un poco más zafada de su serenidad.
Riku comenzaba sofocarse. Que su hermano lo sostuviera de esa forma presionaba su cuello de tal forma 
que le quitaba el aire.
-¡Ya suéltalo!- reaccionó Kadaj dando un salto para alcanzar su brazo y lograr bajar a su hermanito.
Riku cayó de rodillas al piso, le quemaba la garganta y le dolía el cuello ya que su ropa lo había lastimado.
-¿Estás bien?...- le preguntó Kadaj preocupado sin obtener respuesta alguna.
-Hm… Eres más débil de lo que pensaba…- alardea el mayor- …Kadaj me pertenece… No pienso dejarlo…Y mucho menos en malas manos… - no estaba en su peculiar personalidad autoritaria dejar una pelea a medias, pero sabía que si peleaba con él frente a Kadaj posiblemente terminaría perdiéndolo. Por esa razón se dio media vuelta y se dirigió al trabajo como si nada.
Riku y Kadaj se quedaron solos, y  su hermano vuelve a preguntar por su estado.
El de ojos celestes tomó su garganta con la mano derecha para intentar calmar el dolor. Y esto hizo que Kadaj se preocupara más.
-¿Estás bien, Riku?- preguntó por tercera vez intentando hacerle una caricia.
-¡Estoy bien!- le contestó bastante enojado golpeando la mano de Kadaj.
Sephiroth lo había humillado y eso lo ponía de los pelos. Parecía que cada vez el odio hacia su hermano mayor crecía más cuando se trataba de Kadaj.
 Sora bajó ya listo para el trabajo y se encuentra a su amigo abatido en el piso; inmediatamente corre a por 
él.
-¡Riku!- dijo algo asustado por la forma en que se lo veía- ¡¿Qué le hiciste?!- le grita a Kadaj preparándose 
para atacarlo.
-Él no me hizo nada, Sora…
-Pero entonces, ¿qué te pasó? ¿Quién te lastimó Riku?- volteó hacia su amigo.
-…Nadie… olvídalo, vamos a trabajar- se levantó.
Sora calló sus preguntas; respetaba la intimidad de su amigo, al igual que Kadaj, quien también calló.
El camino a la compañía fue muy tranquilo y silencioso; los amigos se entretenían mirando los fríos y tristes 
colores de las construcciones. No había ni un solo árbol “real” en todo Midgar, sólo plantas artificiales y 
edificios de cemento y acero.
Al llegar, Kadaj se retiró a su habitación de entrenamiento y dejo a Riku y Sora con un tipo bastante fibroso en la entrada.
-Bien ustedes deben ser los nuevos…- dijo el  mastodonte.
-Si- dijeron ambos a la vez.
-Bueno, les explicaré de qué se trata todo esto. Primero y principal, mi nombre es Jack, soy el capitán del escuadrón de primera línea de entrenamiento básico, mejor conocido como “primer nivel” o “nivel bajo”. Yo los entrenaré el tiempo que sea necesario, hasta que pasen la prueba de cambio de nivel. Esta prueba se tomará inmediatamente para ver su capacidad de lucha. Y si logra ser pasada de una sola vez, se aumenta nivel a capacidad electrónica, mejor conocido como “segundo nivel” o “nivel medio”, ¿entendieron todo?
-Si- contestó el albino como si se tratara de algo obvio.
-En realidad…- dudaba Sora- lo único que entendí es que tenemos que pasar la prueba para no quedarnos 
estancados.
-Bien, es lo único que debes entender. Empezaremos ahora. Tu primero niñito- dijo Jack refiriéndose a Sora.
-¿Yo?
-¡Si tu! ¡Muévete, SOLDADO!
Sora obedeció apresurado y se dirigió a un gimnasio; siempre Riku detrás de él.
-¡Muy bien ataca!... ¡Y tú no te metas cetra!- le gritó a Riku.
-¿Cetra?- se preguntó Riku extrañado.
-¡Ataca! ¡Vamos!- le gritó el profesor a Sora.
Mientras tanto, Kadaj, se dirigió al gimnasio donde entrenaban sus hermanos, Yazoo y Loz.
-¡Hola, Kadaj!- le gritó Tifa de lejos mientras se acercaba corriendo.
-Hola, Tifa- le contestó cuando ya estaba a su lado.
-Hoy empieza tu hermano, ¿no?
-Si, no se veía muy entusiasmado… No se si es porque está enojado conmigo o porque le molesta la idea de tener que trabajar…
-¿Está enojado contigo?
-Si, pero se le pasará. De eso estoy seguro.
-¡Tifa!- la llamó un chico de cabello rubio junto con Yuffie.
-Bueno… espero que se reconcilien pronto, adiós- le dijo para después atender al llamado.
Kadaj no logró dar más de tres pasos cuando Loz lo llamó.
-Kadaj…- se le acercó su hermano- ¿qué pasó? Llegas tarde hoy.
-Si… es que me quedé hablando con Sephiroth y Riku.
-Jajajajaja… ¿Con tu amado “Seph”?
-Idiota…- lo insultó Kadaj. Odiaba que hablaran de Sephiroth como si fuera su novio o algo así, pero aceptaba que no lo hacían de mala gana; sino que le habían tomado el gusto desde que Sephiroth comenzó a comportarse de una forma más acosadora con él.
-Vamos, Kadaj. Sephiroth sólo te quiere a ti. A mi me pasa por alto y a Yazoo sólo lo saluda… No se si con Riku lleva una buena relación pero—
-No, definitivamente no se llevan bien, créeme. – interrumpió dándolo por hecho.
-Entonces, con más razón. Eres al único que quiere. La forma en la que te cuida, como te habla, ¡todo! Ayer se me cayó un jarrón y casi me asesina. En cambió, ¿recuerdas cuando éramos pequeños? Tú dijiste “guerra de almohadas” y tiraste el plasma de 42’’… ¿Qué fue lo que hizo Sephiroth?
-…Nada, pero—
-No me pongas excusas… admítelo de una vez.
-Loz… rompiste un jarrón y te retó… pero ¿no crees que ya estás un poquito grande para ser tan torpe? Tienes veinte años, eres bastante estúpido. Además, lo que yo hice pasó cuando tenía siete, era apenas un pequeño estupidito.
-Me da igual, buscaré algún ejemplo más reciente y verás…- se tomó su tiempo para pensar, y cuando Kadaj ya pensaba irse lo detuvo- ¡Ya se!- lo toma por el hombro- ¡Ve con Sephiroth y tira a propósito uno de los jarrones caros que tiene en la repisa!
-¡¿Estás loco?!
-No… Es una gran idea… vamos- le dijo tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia el gimnasio personal de 
su hermano.
Más que un gimnasio era una gran habitación recubierta de acero y vidrios gruesos aislantes del sonido e impactos externos o internos, que, en un rincón tenía un amplio sillón y una repisa llena de jarrones y premios de mucho valor que había ganado durante toda su vida como soldado. Ahí lo llevaba Loz.
Al llegar, usó una tarjeta para abrir la puerta y empujó a Kadaj dentro de la habitación. El menor tropieza y choca con la repisa. Los trofeos y jarrones cayeron cual dominó, rompiéndose en miles de pedazos contra el piso. Kadaj quedó absorto ante tal desastre y volteó a ver a Loz como pidiedole ayuda. Este, quien había quedado igual de impresionado, cierra la puerta y sale corriendo; dejando a su hermano solo.
Kadaj miró por sobre su hombro a Sephiroth, quien permanecía sentado en un sillón de espaldas a él sosteniendo un libro. Ya el ruidoso alboroto le había anticipado lo ocurrido y lentamente va transformando su postura; aprieta el libro con fuerza, tanto que atraviesa el papel con sus dedos; estaba furioso. Esos trofeos  no eran sólo caros, eran una muestra de sus logros de toda la vida y los jarrones eran invaluables.
El menor tragó saliva y esperó su destino en silencio con el rabo entre las piernas.
Sephiroth tiró al piso el libro y se volteó violentamente, ya preparado para matar al primero que se le cruce.
-¡Ni creas que— -se detuvo al notar al culpable- Kadaj…- su voz se serenó.
-…Lo siento… - se mortificó Kadaj sin levantar la vista – ¡Juro que los repararé! Lo siento mucho…
Sephiroth se acercó y levantó su mano sobre la cabeza de su hermanito. Instintivamente este cerró sus ojos 
con fuerza esperando el golpe. Pero el mayor solo lo acaricia suavemente.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó.
-¿No estás enojado?- lo interrogó abriendo sus ojos verdes azulados y levantando la vista.
-¿Enojado? ¿Contigo? ¿Qué clase de estúpido se enojaría con la persona a la que ama realmente?- le dijo 
abrazándolo para disimular lo mal parado que había dejado a Riku.
Kadaj se dejó llevar y lo abrazó, también. Se estaba sintiendo muy protegido junto a él últimamente y no lograba entender el porqué; después de todo, Sephiroth era la última persona en la que debería confiar.
Inmediatamente evadió esas ideas y pensó que tal vez se sentía así por la fuerza superior de su hermano o su altura, ya que Sephiroth era muy alto y él ni siquiera le llegaba al hombro; además su cuerpo era mucho mas marcado y fuerte que el suyo, que era mas delicado. Pero le gustaba mucho de esa forma. A la altura en la que se encontraba, podía escuchar perfectamente los latidos de su corazón.
De repente, la puerta se abrió y Loz entró arrodillado con las manos juntas en forma de súplica y los ojos cerrados.
-¡Por favor! ¡No mates a Kadaj! ¡Yo lo empujé para que tirara tus trofeos!- se hizo un silencio molesto, entonces, Loz abrió los ojos- Oh… están ocupados…- dijo encontrándolos abrazados.
Kadaj rápidamente se alejó de Sephiroth con brutalidad y baja la mirada avergonzado.
-¡Con qué tú los destruiste!- su semblante cambió al dirigirse a Loz.
-En realidad…- empezó a ponerse nervioso-… Kadaj tropezó y los tiró… yo volví porque me carcomía la 
culpa de haberlo abandonado aquí…- esperó a ver si Sephiroth le creía.
El de ojos grises volteó hacia Kadaj, como preguntándole si eso era cierto.
-…Eh… Si, eso fue lo que pasó… Tropecé.
-Bien…- le dijo Sephiroth sin dejar de mirarlo.
Loz le hacía la mímica de “gracias” por detrás del mayor.
-…Entonces, ya no necesitas estar aquí…- continuó volteando hacia Loz.
-Ah… si, claro- le dijo corriendo hacia la puerta.
-Creo que yo también debería irme…- exclamó disimuladamente, Kadaj, abriendo la puerta.
-…- Sephiroth puso su brazo sobre la puerta cerrándola- No lo creo… Este es un buen momento para que 
sigamos lo de la otra vez.
-Ya superé mis miedos…- le respondió nervioso-  ¿no lo crees?
-No...- le dijo acorralándolo contra la puerta- no creo que los hayas superado.
Sephiroth acaricia el rostro del menor y apoya su frente contra la de él.
-Ya basta…- replicaba Kadaj cerrando los ojos, incomodo por el tacto.
-Sigamos por donde estábamos… siéntate en el sillón.
-¿Si lo hago me dejarás? – lo empujó un poco apoyando ambas manos en su pecho, para poder verlo a los ojos.
Sephiroth asintió y le cedió paso hacia a el sillón. Kadaj tomó aire y caminó hacia alli para sentarse. El de ojos grises se aproximó y se sentó peligrosamente cerca. Se quedaron así un rato, sin siquiera mirarse, entonces, repentinamente Sephiroth lo recostó en el sillón poniendo una mano sobre el pecho del menor, así impidiéndole levantarse.
-¡¿Qué haces?!- le preguntó inquieto intentando escapar.
-Me siento muy capaz hoy. Podré controlarme, no te preocupes- le dijo poniéndose sobre él.
-No creo que sea buena idea… ¡Quítate! – gritó intentando sacárselo de encima desesperadamente.
Sephiroth le sonrió y pasó su mano sobre el blanco cabello del menor.
-Yo me siento bien… Puedo resistir…
-¡Entonces deja de manosearme!
-Jajaja- rió como escasas veces lo hacia- tienes razón, Kadaj. Pero me gustaría saber cuáles son mis 
límites… ¿Quieres que te cuente un secreto?
-¡No!- le gritó intentando huir, pero el mayor no se lo permitía, lo mantenía aprisionado.
-Se que te interesará el tema…
-¡No, no quiero escucharlo!
-¿Quieres saber…--
Kadaj se tapó los oídos y empezó a hablar para no escuchar lo que Sephiroth deseaba contarle, parecía un crío. El mayor le tapó la boca y se lo dice:
-¿Quieres saber cuando perdiste verdaderamente tu virginidad?
-¡¿Qué?!- dijo aun con la mano de su hermano sobre su boca.
Su hermano le sonríe y le besa la frente.
-Perdiste tú virginidad a los seis años…
-¡¿Cómo-- - Kadaj se quitó la mano de su hermano de su boca y se destapó los oídos- ¿Cómo que a los seis? ¡Te conocí a los seis!

-Cierto… y te lo hice a los tres días de habernos conocido… te veías tan delicioso a esa edad; hm… bueno, 
en realidad… sigues viéndote así.
-¡No lo entiendo! ¡Explícamelo! ¡Por que no recuerdo que haya sufrido lo mismo dos veces!
-Sabía que te interesaría… Verás, cuando tenías seis, eras realmente irresistible, me encantaban esos 
hermosos ojos llenos de inocencia. Realmente me excitaban, pero ahora a ese brillo lo cubre el miedo. Me 
sigue excitando tenerte cerca ya que ahora me atrae tu miedo. Me encanta acorralarte como un cachorrito 
indefenso- le dijo apoyando su rostro contra el de Kadaj.
-Pero eso no responde a mi pregunta.
-¿Tanto lo deseas? ¿No era que no querías escucharlo?
Kadaj no le contestó, estaba perdido en el extraño placer que le causaban esos mimos de parte de Sephiroth. Cerró sus ojos para agudizar su sentir.
-Creo que no te lo contaré…- le dijo Sephiroth.
-… Por favor…- le rogó acariciándole el cabello.
Sephiroth sonrió victorioso y lo abrazó por la cintura con fuerza, mientras que con la otra mano comenzó a acercar el rostro de su hermano contra el suyo.
-…Sólo si me das un beso…
-No, no quiero…
-No mientas- le robó un beso metiendo su lengua en la boca del menor, quien se dejó llevar respondiéndole 
gustoso.
Increíblemente Kadaj comenzaba a excitarse y besaba con más pasión los calidos labios de su hermano.
“-¿Te estás dejando, hermoso?- pensaba  Sephiroth- … si sigues así tendré que hacerte mío.”
Kadaj estaba desesperado y su nii-san lograba notarlo. Entonces lo tomó por los hombros con firmeza y comenzó a explorar su boca más pacientemente, buscando los recovecos que desatarían el placer en el menor.
Kadaj ya no pensaba sólo actuaba, y sus actos no deseaban nada más que no fuera dicha, por eso tomó a Sephiroth del rostro con ambas manos y despegando levemente sus bocas le dio una lamida a sus labios delicadamente, lo que desesperó a su amante, quien  lo zambulló en los esponjosos almohadones y lo besó frenéticamente, ya con deseos de quitarle la ropa.
Comenzó a arrodillarse para estar cómodo para el momento, sin dejar la boquita de su hermano descansar. 
Le apoyó la nuca en el apoya brazos y le abrió las piernas para ponerse entre ellas. Pero cuando dejó su 
boca, Kadaj reaccionó.
-¡Cuéntame!- le replicó deteniéndolo aún con las mejillas rosas.
-De acuerdo… era de noche… tú dormías… te veías hermoso…- le dijo besando y mordiendo su cuello.
Kadaj sabía que un gemido ocasionaría su violación, entonces los retenía. Sabía que debía detenerlo, pero su cuerpo, que sólo deseaba placer, se lo impedía.
-¿Qué ocurrió?- preguntó entrecortado.
-Te drogué… para que te quedaras dormidito y luego te preparé para metértelo.
-¿Prepararme? ¿Eso se puede?
-Por supuesto, así no te lastimaría… ¿sabes como lo hice?
-¿Cómo?- preguntó algo sorprendido.
-¿Realmente quieres saberlo?
-Si
-¡Entonces déjame quitarte la ropa!- lo tomó del traje negro y le bajó el cierre, dejando su pecho 
descubierto.
-¡¡Sephiroth!!- le gritó Kadaj- ¡¿Qué no intentabas controlarte?!
-Vamos… Lo quieres tanto como yo…
-¡Sólo dímelo! ¡¿Si?! – le gritó sin contestar su pregunta. No le gustaba mentir en lo absoluto, ya que su cuerpo si lo deseaba, pero sus sentimientos por Riku reprimían esos retorcidos deseos.
Sephiroth sonrió y comenzó a acariciar el pecho del menor.
-…Metí mis dedos índice y mayor en tu boca, así- le dijo pasando de su pecho a esta cavidad- Dejé que los 
ensalivaras bien…
El menor había vuelto a su trance y tomó a la mano de Sephiroth con ambas suyas y comenzó a saborear sus dedos. Al mayor realmente le excitaba ver la lengüita de su hermano en acción y disimuladamente continuó bajando el cierre de su traje. Al no escuchar queja alguna de parte de Kadaj, Sephiroth aprovechó a probarlo y le dio una lamida en el abdomen y esperó la reacción.
Su hermanito estaba muy ocupado en lo suyo, entonces, el de ojos grises continuó con sus lamidas mientras 
seguía con su anécdota.
-Luego de que estuvieron bien ensalivados, metí mi dedo índice en tu traserito. Te quejaste un poco y eso me excitó más de la cuenta… Te besé como nunca antes… fue algo así- le dijo besando a Kadaj; lamiendo sus labios con ternura, sin quitar los dedos de su boca. Luego los saca para lamer la lengua del menor y con la otra mano acercarlo más.
-…Luego metí otro dedo y dejé que tu cuerpito se acostumbrara a su presencia- agregó lamiéndole el cuello.
Kadaj ya no pudo contenerse y gimió. Sephiroth se detuvo y apoyó su frente contra la del menor.
-¿Qué fue eso?... ¿Eh?- besó su mejilla con dulzura y lo abraza con fuerza.
Kadaj volvió a gemir y lo agarró a su hermano de la ropa.
-Hm…- sonrió; a Kadaj le estaba gustando y si eso seguía así, podría hacerle el amor por primera vez- ¿Estás gimiendo, Kadaj? ¿Te gusta lo que te hago?
Para su sorpresa Kadaj abrió los ojos levemente y asintió. El brillo en ellos había vuelto; eran los mismos 
ojitos inocentes de hace tanto tiempo.
-…Esos ojos… esos hermosos ojos… los amo- le dijo empezando a desesperarse por sexo.
El sillón comenzó a hundirse por el peso que infligía  Sephiroth sobre su hermanito.
-¡Aaah!- gritó entrecortado sintiendo la dura extensión de Sephiroth entre sus piernas.
Este lo mordía y lamía como si se tratara de un caramelo. Kadaj comenzaba a gemir más rápidamente y se agitó con mucha facilidad.
-Eso es… Mi hermoso cachorro, sigue así… quiero escucharte gemir, hermoso- le dijo dándolo una estocada sobre la ropa.
Kadaj volvió a gemir y se aferró a la ropa de su hermano nuevamente, podía sentir sobre la ropa, como la punta del miembro de su hermano de clavaba lentamente en su entrada.
-Ah… bien… ¿Te gusta?... ¿eh?... ¿Se siente bien?- su hermanito no le respondía ya que no podía dejar de gemir. Los ojos le brillaban y tenía las mejillas rosadas debido a las palabras pervertidas de Sephiroth- ¡Jadea! ¡Quiero que jadees, cachorrito!
Kadaj fue mordisqueado y gimió con más fuerza, comenzando a jadear, no sólo por los manoseos y estocadas de su hermano, sino por la presión que proporcionaba su hermano mayor sobre él.
Mientras tanto, Sora cayó al piso derrotado por el profesor del “nivel básico”.
-Es—Es muy cruel- dijo entrecortado levantándose.
Riku entró al campo de batalla muy tranquilo.
-Riku, no ganes- le dijo Sora al tiempo en que salía del campo- No quiero quedarme solo…
El profesor se estiraba y hacía flexiones. No estaba nada cansado, incluso después de la larga batalla con 
Sora.
-¿Y bien?... ¿empezaremos o no?- le dijo Riku ya listo.
-… ¿Eh?... Ah, tú pasas directamente a primera clase. Peleas con tu hermano Kadaj y listo.
-¿Qué?... ¿Por qué?- le preguntó sorprendido.
-Porque eres un cetra… una raza superior al humano… créeme que lamenté haberme enfrentado a tu hermano Sephiroth. El maldito me rompió un brazo con sólo seis años de edad. Y tu hermano Kadaj… a él si que lo odio. Me quebró las dos piernas… ¡Y se me rió en la cara! Ese demonio…
-Bueno… No era necesario que me contara eso, pero, ¿Qué va? Adiós
-¡No! ¡Riku, no! ¡No! ¡No te vayas! ¡No!- gritaba Sora al ver a su amigo marcharse- ¡No! ¡No me dejes 
solo!- se asió a su pierna haciendo que camine cojo.
Jack hizo que lo soltara y cerró la puerta al salir el albino.
-Bien, que empiece el entrenamiento- dijo el SOLDADO haciendo entrar al gimnasio a sus otros alumnos.
-¡Nooo!
Riku logró escuchar el grito desgarrador de Sora pero lo ignoró y se dirigió al ascensor.
-¿En que piso estará?- se preguntaba – Ya qué…- apretó todos los botones a la vez.
La música del ascensor  comenzó a funcionar e hizo su primer parada; oficinas. Así estuvo un largo rato, 
pasando por todos los pisos. En eso la puerta se abre en el piso sesenta. El albino ya estaba sentado 
agonizando de aburrimiento y miraba hacia el techo casi dormido, pensaba que nunca llegaría.
-¡Riku! ¡¿Qué haces aquí?!- le gritó Loz del otro lado de la puerta.
-Loz- gritó aliviado saliendo del ascensor, el cual siguió su camino- Busco a Kadaj.
-¡¿Ya pasaste la prueba?!
-Si… fue algo automático… quieren que pelee con Kadaj para definir mi nivel.
-¡Que bueno!... Así es mucho más fácil.
-Si… Y… ¿dónde está?
-Con Sephiroth… Deben estar ocupados porque cuando entré se abrazaban.
El semblante de Riku se transformó. Sephiroth le llevaba la delantera.
-¡¿Hacia dónde está?!
-Por allá…- le señaló el fondo del pasillo- pero, Riku—
Este lo ignoró y corrió hacia allí. Abrió la puerta eufórico y lo que vio lo dejó temblando.
Kadaj estaba debajo de Sephiroth gimiendo entre espasmos y el mayor sonreía lujuriosamente mientras se le refregaba y lamía el cuello.
Riku cayó de rodillas al piso y el de ojos grises notó su presencia; sonrió triunfante y besó a Kadaj apasionadamente.
Riku ya no pudo contener su ira y celos, por lo que se abalanzó sobre Sephiroth cayendo, así, ambos al piso.
-¡Te odio! ¡Te odio!- le gritaba Riku mientras lo ahorcaba con ambas manos.
Sephiroth al tener más fuerza, se colocó sobre el menor para ahorcarlo él.
-Yo también te odio Riku… más de lo que crees.
Kadaj volvió en si y empujó a Sephiroth para que soltara a su hermanito, el cual se sentó en el piso tosiendo 
ante la falta de aire.
-¡Riku!... ¿Estás bien?
Sephiroth se paró y tomó a Kadaj en sus brazos volviéndolo a besar para presumir ante Riku quien no podía hacer más que ver como su hermano le era arrebatado.
-Tú eres mío… Mío y de nadie más…- le dijo Sephiroth al oído a Kadaj.
-¡Bájame! ¡Ahora!
-Te ves hermoso cuando te pones así…
- ¿Recuerdas que dijiste que si algo salía mal ambos perderíamos?- preguntó Kadaj entre cortado.
-Si…- le respondió refregando su rostro con el de su hermanito.
-Te equivocaste porque sólo tu perdiste… ¡Te odio!
Esa palabra lo tomó desprevenido, fue un golpe bajo para Sephiroth; “odio”. Su fuerza se desvanece dejando ir a Kadaj.
-¡Riku!...- exclamó arrodillándose junto a él.
Este lo abrazó con fuerza, mirando a Sephiroth con odio por sobre el hombro de su hermano y le hace el ademán de “Púdrete”, para luego aliviarse con el abrazo. El mayor, herido por las palabras de Kadaj, dio media vuelta y se fue.
-…Te amo… perdóname por lo de hoy en la mañana; te amo, te amo, te amo. De verdad, te amo – sabía que lo estaba perdiendo, necesitaba dejar de jugar a hacerse el ofendido si de verdad quería quedarse con Kadaj. Por lo que decidió ponerse en plan sumiso y decirle cuanto lo amaba.
-Yo también te amo… y somos hermanos, está bien pelearnos de vez en cuando, ¿no?- le sonrió 
separándose un poco.
Riku le devolvió la sonrisa  y lo abrazó más fuerte cerrando los ojos para concentrarse en el delicioso aroma que era como su droga personal.
“- ¿Qué hacías con Sephiroth?- le preguntaba Riku a Kadaj en su mente- No… no es buen momento para 
preguntarle. Después de todo él me ama más a mi, ¿no?- se decía a sí mismo.”
Se separó lentamente de su hermano y le dio un pequeño y rápido beso en los labios.
-Tengo hambre…- le dijo.
-… Está bien… ¿Quieres ir a almorzar?- preguntó Kadaj extrañado, su hermano no obviaba temas de tanta importancia, pero parecía que no deseaba hablar de lo que había visto entre él y Sephiroth para su suerte.
Su hermano asintió y procedieron al “famoso” ascensor. Kadaj presiona el botón con el número cincuenta y ocho.
-Este piso es el mejor de todos…- comentó.
-Si… ya pasé por ahí.
-¿Ah, si?
-Si. Fue un largo viaje en ascensor.
Kadaj rió y tomó la mano de su hermano al salir del ascensor.
-¡Kadaj!... Todo el mundo nos verá- dijo Riku en un murmullo.
-¿Y?
Kadaj era muy desenvuelto, y no le importaba lo que pensarán o dijeran de él, en tanto no lo insultaran de mala forma. En ese aspecto Riku era completamente diferente; todo lo que pudieran llegar a pensar o decir las demás personas lo incomodaba y molestaba de sobremanera. Entonces suelta la mano de Kadaj.
-¿Qué pasa?- le preguntó su hermano.
-Una cosa es la intimidad de nuestra casa, y otra muy distinta es demostrar nuestros pecados públicamente.
-¿Pecados?- repitió entre risas.
-Si… ¿de qué te ríes?... Te lo explicaré. En primer lugar somos hermanos. En segundo lugar, ambos somos 
hombres. Sería menos perversidad si fueras mujer.
-¡¿Por qué yo tengo que ser la mujer?!- refunfuñó Kadaj.
-Shhh…- le tapa la boca- ¡Fue un decir!- le dijo Riku en un susurro.
-Ok…- se sacó la mano de Riku de sobre su boca- ¿Qué pasó con tu amiguito, Sora?
-Mmm… No pudo pasar la prueba de nivel básico y tuvo que quedarse- le contó con una sonrisa malvada.
-Jaja, dicen que el “viejo” es muy exigente.
-¿Viejo?
-…Si… ¡Para mi es viejo! ¡Me lleva como treinta años!
La carcajada de Riku resonó en el lugar ya que no pudo evitar reír.
-Pero cuarenta años no es ser viejo… Se es viejo a los sesenta aproximadamente- dijo entre risas.
-¡Bueno! ¡No exageres! Cincuenta, cuarenta y ocho, pero ¡¿sesenta?! Es demasiado- dijo seguro mientras 
tomaba su comida y escogía una mesa.
Al sentarse, la morocha Tifa, se sentó junto a él rápidamente.
-¡Kadaj! ¡No tienes idea de lo que me acaba de pasar!- dijo acercándose hacia él. Pero luego fija su mirada en Riku, quien estaba junto Kadaj- Hola, Riku- dijo algo tímida  y desconfiada.
-Hola… Esto… Tifa, siento mucho haberme comportado tan mal contigo la otra vez. Es que estaba de mal 
humor.
Tifa sonríe y se acerca más.
-Claro, no te preocupes. Disculpas aceptadas… Bueno- dijo mirando a Kadaj- No sabes lo que pasó. 
Cloud…
-¿Quién es Cloud? – interrumpió Riku para preguntar.
-El rubio teñido más sexy de la compañía- le respondió la chica señalando la mesa en la que almorzaba.
-Concuerdo- comentó Kadaj.
Riku le pegó violentamente en la nuca y Tifa se alejó.
-¡Au! ¡¿Por qué hiciste eso?!
-¡¿Te gusta Cloud?!- gritó Tifa.
-¡¿Qué?! ¡¿De qué hablas?!
-¡¿Por qué dijiste que concordabas?!
-Concuerdo con que Cloud es teñido – dijo obviándolo y viendo raro a ambos.
-Ah- dijeron ambos más aliviados y Riku le acarició la nuca a Kadaj.
-Perdón por eso…
-Hm- le respondió y volteó hacia Tifa- Bueno, ¿y qué pasó?
-Cloud me llevó detrás de los vestidores- continuó acercándose- y me besó… ¡Mi primer beso!
-¡¿Primero?!- dijeron los hermanos a coro.
-Si, primero… ¡¿Por qué tan sorprendidos?!
Kadaj le echó un vistazo a los grandes pechos de la morocha.
“- ¿Apenas obtiene su primer beso?”
-¡¿Qué estás mirando?!- le gritó la morocha notando hacia donde dirigía la vista.
-Nada, nada…
-¡Pervertido!- dijo levantándose de la mesa para ir a la del rubio teñido.
Rápidamente Loz y Yazoo se acercaron a su mesa llevando sus almuerzos en mano.
-Kadaj… ¿Qué fue lo que le hiciste a Sephiroth?- le preguntó Loz sentándose.
-¿Por qué lo preguntas?
-Lo encontramos en la terraza…- dijo Yazoo- parecía deprimido. Es la primera vez que lo veo así.
-Si. No me sorprendería que se tire de ahí…- agregó Loz.
-Es cierto… Y cuando le preguntamos qué le pasaba nos dijo que te dijéramos que lo siente… - agregó Yazoo robando un patata del plato de Kadaj.
-¿Qué pasó?
Kadaj tomó su gaseosa y se quedó pensativo sin responder.

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