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Kadaj
Soy un "escritor" que pretende especializarse en todo lo que tiene que ver con los sentimientos, las reacciones, las variadas formas de razonar y en general todo lo que sea psicología en sí. Darle un porqué a lo que muchos no prestamos atención y poder usar aquello como entretenimiento general.
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Kadaj &Tamarakatsuki. Con la tecnología de Blogger.

NII-SAN Capítulo II "Te amo"




Los años pasaron… ¿Kadaj ya no volvería? Esa era una pregunta que Riku, solo como estaba en la isla, nunca se hacía. …Confiaba en la palabra de su hermano incluso ahora con sus dieciséis años de adolescencia pura.


Riku se encontraba en su habitación de siempre. Miraba con anhelo una foto de su familia. Tendía la vista en cada uno de los integrantes en ella.

-Mamá…- dijo mirando a Lucrecia joven y esbelta en aquella fotografía; abrazando a aquel pequeño Riku mientras le decía algo a Loz.
-Loz… con esa sarcástica sonrisa- rió ante su propio comentario- me pregunto porqué se estaba peleando con Yazoo…- agregó mirando la manos del albino de cabello corto empujando a Yazoo casi fuera de la foto.
-Yazoo… el hermanito perfecto y el novio de “la gorda”- su risa aumentó y se recostó en su cama boca abajo sin despegar los ojos de la imagen.
Paseo su vista por ella intentando buscar a la persona más deseada, pero está se posó en otra.
-Sephiroth…- dijo mirando un espejo en el que este se reflejaba mirando de reojo a su familia- …Ahora entiendo porque viniste a casa aquel día…- Su rostro se transformó en odio; pero intentando disuadirlo siguió paseando su vista por la fotografía y encontró lo que buscaba.
-…Kadaj…- un color rosáceo comenzó a subir por sus mejillas- A ti es a quien quiero más… Te amo…- dijo abrazando con fuerza la foto para luego besar los labios de aquel pequeño Kadaj que sonreía dulcemente con los ojos brillosos como de costumbre.
Al terminar aquel beso el color de sus mejillas se había vuelto rojo y su corazón palpitaba muy rápido.
-¡¡Riku!!- una voz conocida le interrumpió.




Este deja la fotografía sobre la cama y se asoma por la ventana para ver quien lo llamaba. En la playa se encontraba un castaño de faz clara y ojos azules que lo saludaba con la los brazos y en su rostro se extendía una enorme sonrisa.
-¡Sora!- le respondió Riku bastante sorprendido- ¿Qué sucede?
-¡¿Puedo subir?!
-Está bien…- dice mirando al cielo y sonriendo.
El castaño comenzó a correr a toda prisa hacia la puerta de entrada, entonces cuando Riku lo pierde de vista vuelve a la habitación.
(“-¡La foto!- piensa al verla sobre la cama.”)
Se apresuró a tomarla pero cuando da media vuelta es sorprendido.
-… ¿Sigues teniendo esa foto?...- le preguntó Sora.
Riku ya había sido descubierto por lo tanto le responde, pero desinteresadamente y sin ánimos.
-Si...- dijo mientras guardaba la foto entre unos libros.
-¿Cuándo vendrán a buscarte tus hermanos?- preguntó inocentemente.
Los movimientos de Riku se congelaron y la tristeza lo invadió.
-No lo se…- le respondió bajando la cabeza.
Su amigo nota lo que provocó su pequeña pregunta e intenta cambiar de tema.
-Kairi me dijo que debemos encontrarnos en las palmeras de las frutas del destino.
El albino intenta parecer más animado para complacer a Sora.
-Bien, entonces vamos allá- dijo con una sonrisa forzada.

El viento soplaba levemente sobre la isla. Una joven pelirroja se encontraba sentada sobre el tronco de una palmera inclinada que daba unos extraños frutos con forma de estrellas de color amarillas.
-¡Kairi!- la llamó Sora feliz y jovial como era de costumbre.
-¡Sora, Riku!- les respondió la pelirroja de cabello largo bajando de la palmera.
-Hola…- dijo Riku, intentando que su emoción pareciera real- …Bueno, ¿de que querías hablarnos?
-Selphi, Wakka y Tidus dicen haber visto un avión muy extraño que se acerca a la isla.
-¿A la isla?- preguntó el castaño.
-Nadie viene a la isla. Ni siquiera por vacaciones- agregó confundido Riku.
Kairi asintió.
-Tal vez vengan para explorarla- propuso Sora.
-Que extraño…


De repente un estruendo se hace presente y se desvanece de a poco.
-¡¿Qué fue eso?!- preguntó muy alarmada la pelirroja.
-¡Un avión!- dijeron a unísono los chicos.
Los tres amigos se dirigieron corriendo hacia donde provenía aquel estruendo; pero al ver a lo lejos a los hombres trajeados que bajaron de la nave se escondieron detrás de una roca cubierta de plantas.
-¿Quiénes son?- preguntó Kairi.
-No lo sé…- le respondió Riku sin despegar la vista de aquellos hombres a los que no se les veía fiables.
Todos los hombres que bajaban del avión comenzaban a hablar por sus celulares sin parar, hasta que una mujer se les acerca furiosa.
-¡No se llevarás a mi hijo!- grita sin control.
-¿Mamá?- dice Riku reconociéndola.
La mujer mayor comenzó a gritarles a dos hombres de traje que se encontraban cerca de ella, pero de repente, uno de ellos sacó un arma de fuego y le apuntó en la cabeza.
-¡Madre!- gritó saliendo de su escondite golpeando al hombre que amenazaba a su madre.
El compañero del abatido reaccionó, y sacando su arma, ahora Riku era apuntado en su cabeza. El albino cerró los ojos esperando el impacto, pero este nunca llego. Un chico de traje de cuero y cabello tan blanco y corto como el suyo se había parado enfrente de él, mirando al otro hombre. Funcionaba como un escudo que lo protegía. También dos hombres apuntaban al trajeado, quien guardo su arma lentamente y dio unos pasos para alejarse de los recién llegados. Pero el albino que funcionó como escudo para Riku aprovechó la oportunidad para golpearlo y hacer que su agresor cayera al piso.


Luego de haberle proporcionado aquel golpe, este volteó hacia Riku con una sonrisa y lo abrazó con fuerza.
-…Esto… ¿Quién eres?- preguntó nuestro albino al haberlo soltado el otro.
- Auch…- exclama el otro con una expresión de dolor- ¿No me recuerdas, Riku?
Este miró detenidamente el rostro de “su salvador” por unos instantes hasta que dijo:
-¿Kadaj?
El chico le respondió con una sonrisa que era única y especial. Que su hermano nunca podría olvidar. Era él.
-¡No puedo creerlo!- dijo abrazando al ya adolescente Kadaj, con rasgos finos y hermosos, cabello brilloso y sedoso y esos ojos verdes azulados que tanto le gustaban.
Su sueño era que su hermano volviera, porque se lo había prometido, y lo hizo. Estaba feliz y perdido en el delicioso aroma que despedía el cabello de su hermano. Ambos se abrazaban estrechamente.
-¿Quiénes son tus amigos?- pregunta Kadaj sacando del trance a Riku.
-¿Eh?- preguntó algo confundido, ya que cada vez que abrazaba a su hermano perdía la noción de lo que pasaba a su alrededor.
-Ellos…- le dijo señalando aquella roca con plantas-… los que se esconden detrás de la roca.
-… ¡Es cierto!...- dijo recordando a sus amigos- ¡Sora, Kairi!
Su amigo salió a toda velocidad del escondite y pateó al hombre que le había apuntado a Riku con todas sus fuerzas.
-¡¿Cómo te atreviste a apuntarle a Riku?!- le gritó volviéndolo a patear.
-Con que Sora, ¿no?- dijo Kadaj con una sonrisa.
Riku le devolvió la sonrisa.
(“-¡Esos labios!... ¡Quisiera besarte ahora mismo!”-pensaba a Riku)
-Si ya terminaste de abrazar a MI hermanito, podrías saludarnos a nosotros- dijo uno de los hombres albinos que le había apuntado al de traje.
-Si. Sabemos que siempre quisiste más a Kadaj, pero ¿es necesario que nos lo refriegues por la cara?- dijo el otro de cabello largo.
-¿Loz, Yazoo?- dijo Riku reconociéndolos.
-¡Ven aquí idota!- le dijeron a coro extendiéndole los brazos.
Los tres se abrazaron con fuerza.
-Abrazo familiar…- dijo Loz a lo bajito.
Riku volteó, habían dejado a Kadaj fuera; entonces lo tomó por la ropa y lo unió al abrazo.
(“-Aquí puedo tocarte como se me plazca, jeje”)
-Ahora si, un abrazo familiar- repitió Loz.
-Eso suena ridículo- agregó Yazoo con una sonrisa.
Riku río ante el comentario.
-¡Aguafiestas!- le gritó Loz sonriendo soltando a los tres.
-Riku, ¿quiénes son?- preguntó Kairi acercándose cautelosa.
-Ellos son mis hermanos- le respondió con una enorme sonrisa.
-Riku…- los interrumpió Kadaj- No perdamos tiempo con explicaciones. Llévame a ver la isla; quiero ver cuanto ha cambiado. Aprovechemos el tiempo. Ya que cuando anochezca nos iremos a Midgar.
-¿Midgar?
-Midgar- aclaró- vendrás conmigo, ¿verdad?
-Lo siento pero Riku…- interrumpía Sora.
-Por supuesto- le respondió Riku sin dejarlo acabar.
(“-¿Crees que no querría volver a estar contigo? Si yo te amo…”)
-¡¿Qué?!- dijeron a coro Sora y Kairi.
- Riku, ¡se lo prometiste a Sora!
-¡Me prometiste que la fruta del destino nos uniría por siempre… que nunca nos separaríamos!- le replicó el castaño tomándolo de las manos.
-…- Kadaj no dijo ni una palabra pero por su cara Riku podía leer sus pensamientos. Estaba muy sorprendido.
(“-¡No! ¡Kadaj! ¡No pienses mal! ¡No hay nada entre nosotros! ¡Mi corazón es sólo tuyo!”)
-¡¿De qué estás hablando Sora?!- dijo zafándose del agarre de su amigo- ¡Yo quiero ir con él!
-¡No! ¡Tu no irás a ninguna parte con él!- gritó furiosa su madre.
-Mamá…- dijo asombrado Riku.
-Lucrecia…- dijo Kadaj al notar su presencia- ¡Esto no te incumbe!
Esta cae al piso intimidada por su propio hijo.
-¡Kadaj!- lo detuvo Loz, ya que este había perdido el control por unos instantes.
-No es nuestro trabajo vengarnos… no hoy- agregó Yazoo.
-Hm…- el albino se tranquiliza y voltea para ver a Riku con una sonrisa- ¿Qué dices? ¿Vamos?
La sonrisa de su hermano lo hipnotizó de tal forma que le pareció estar con él a solas, e inconcientemente le devolvió la sonrisa.
-Si, por supuesto- contesto.
Ambos se encaminaron hacia la parte central de la isla. Esta estaba cubierta de plantas pero Riku sabía que también ahí se encontraba una especie de claro, donde se podía ver perfectamente el mar de agua transparente y el cielo, que a esa hora estaba tornándose anaranjado. Anhelaba llevar a su hermano allí; en donde jugaban cuando tenían cinco y también donde se dio cuenta de lo que verdaderamente sentía por él. Lo recordaba sonriendo. Aquella vez cuando Riku se cayó al tropezar con una rama y Kadaj lo levanto para besar su herida. Su corazón latía rápido y no podía contener el color rojo que subía por sus mejillas. Cuando sintió aquella incontrolable necesidad de besarlo en la boca, pero no tubo el valor para hacerlo.
Ya en aquel claro se sentaron mirando hacia el mar.
-Nada a cambiado… ¡Esta isla es tan aburrida!- criticó Kadaj.
-La isla nunca cambia…- admitio Riku con una sonrisa.
-Puede que no la isla, pero si sus habitantes- le dijo mirándolo con una sonrisa.
-¿Eh?
-Has crecido- aclaro volviendo a mirar el paisaje.
-Tu también- le dijo mirado sus hermosas facciones.
Empezaba a sonrojarse y no pudo evitar poner una de sus manos sobre la de Kadaj.
-Riku…- le dijo mirándolo a los ojos y sonriéndole.
Este rápidamente quitó su mano y miró hacia el piso.
-Jajajajaja…- un silenció corrió a través del claro- Riku… pensé que estarías enojado conmigo… Por eso… Por eso no vine a buscarte antes… Lo siento- le explicó con algo de culpa mezclada con tristeza.
-¿De qué hablas?- preguntó sorprendido y confuso. Odio era un sentimiento que Kadaj jamás podría provocarle.
-¿No lo recuerdas?... Hm…- sonrió ante el hecho- Mejor así.
-No lo entiendo… explícame…
-Tal vez tu subconsciente haya bloqueado ese recuerdo…
Flash Back
Un hombre de traje blanco se subió a una lancha, prácticamente, arrastrando a Kadaj tras de sí. Lo subió al bote con dificultad y toma su celular. Riku quien al ver que se llevaban a su hermano comenzó a correr, tomó la mano de Kadaj a duras penas y  la lancha empezó a moverse lentamente para calentar el motor.
-¡Kadaj!- gritó y estalló en un llanto.
-Riku… no llores. Te prometo que volveré…- le dijo el pequeño albino intentando parecer positivo para calmar a su hermanito.
-¡No! ¡Quédate conmigo! ¡No te vayas! ¡No me dejes!- le rogaba tomando su mano con fuerza y sin poder calmar su llanto.
-Riku… te juro que volveré… Te quiero…- le repitió sin poder contenerse más, y derramando unas lágrimas con una sonrisa imborrable.
-¡No te vayas! ¡No te vayas!- la lancha comenzó a moverse a su velocidad normal obligando a Riku a soltar la mano de Kadaj.
Ya estaban a bastante distancia. Pero el gritó del de la playa fue totalmente audible para su hermano.
-¡¡Te odio!!
Fin del Flash Back
La palabra odio retumbaba en los oídos de Kadaj desde aquel día. No pudo dormir en meses. Y no tuvo el valor de ir a buscarlo antes por ese motivo. Nunca se imaginó que Riku había eliminado ese momento de su vida. Y se lamentaba por haberlo hecho esperar tanto tiempo.
Los brazos de Riku rodearon por el cuello a Kadaj quien solo se deleitó a imitarlo.
-No te odio, note odio, jamás te odiaré, jamás… Yo no pude decirte eso, es imposible…- le dijo Riku sin despegar su cuerpo del de su hermano.
-Gracias Riku…- le dice sonriéndole.
(“-Este es el momento… el lugar, la ocasión, todo. Es ahora o nunca…”)
Empleando un poco más de fuerza, logró tirar a Kadaj sobre la arena. Este quedo estupefacto. Pero a su hermano no le importó y continuó. Se sentó sobre su abdomen  y acerco su rostro hacia el otro, quedando unos escasos centímetros entre ambos.
-Kadaj… cierra los ojos- le pidió.
-Pero—
-¡Sólo hazlo!... Por favor- le volvió a pedir.
Al fin obedeció y Riku cortó la distancia entre ellos. Acarició los labios de su hermano con los suyos cariñosamente. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Kadaj, sin embargo la sensación comenzó a agradarle. Pasó su mano por la nuca de Riku obligándolo a que sus labios se pegarán aun más. Instintivamente su hermano abrió la boca y comenzó una lucha por tomar el control de la boca de su oponente. Kadaj venció, dejando a Riku con deliciosas sensaciones al terminar el beso insestuoso. 

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